jueves, 10 de septiembre de 2015

¿Qué es conciencia ambiental?

La conciencia ambiental es una filosofía general y movimiento social en relación con la preocupación por la conservación del medio ambiente y la mejora del estado del medio ambiente. Es a menudo representada por el color verde.



También podemos definir a la conciencia ambiental como el entendimiento que se tiene del impacto de los seres humanos en el entorno. Es decir, entender como influyen las acciones de cada día en el medio ambiente y como esto afecta el futuro de nuestro espacio. Sin ser alarmista, conciencia ambiental, por ejemplo, es entender que si yo, ciudadano común, derrocho algún recurso natural, como puede ser el agua, mañana cuando quiera volver a utilizarlo ya no voy a poder.  Muchas veces, al hablar de problemas ambientales se nos viene a la cabeza la destrucción de la capa de ozono, el calentamiento global, el alarmante aumento de la generación de residuos. Pero no vemos una relación directa entre nuestras acciones diarias y estos acontecimientos.  Quizás, hablando sobre la eficiencia energética que tienen que lograr las industrias argentinas para no caer en una falta de suministro, estamos con todos los aparatos electrónicos que no estamos usando en stand-by, realizando un consumo sin mejorar en absoluto nuestra conformidad. 


Conciencia ambiental del Perú

Cuando se instituyó el Día Mundial del Medio Ambiente, en 1972, uno de sus propósitos fue motivar y sensibilizar a la opinión pública global respecto de la situación que atravesaban las condiciones ambientales del planeta, sea comprometiendo a la acción política o concitando la atención de estados y sociedades.
Tras cuarenta años de celebraciones, cabría hacer tanto algún balance global cuanto local de cómo han venido evolucionando las condiciones ambientales de continentes y países, si es que en verdad existe un auténtico interés en proteger y preservarlas, de tal modo que las siguientes generaciones reciban ecosistemas vibrantes y recursos aprovechables.
En el Perú no se dispone aún de investigaciones empíricamente sustentadas sobre la conciencia ambiental que nos puedan proporcionar tanto certezas cuanto correlaciones entre variables ambientales, sociales, educativas o económicas. Esta ausencia no nos permite, por ejemplo, establecer hipótesis y causalidades tal como lo hizo el investigador estadounidense Riley Dunlap, quien orientó sus investigaciones a precisar las características del ambientalismo como fenómeno social y cultural en los Estados Unidos, impulsando así el desarrollo de lo que se llamó la sociología ambiental.
¿Qué sabemos entonces? ¿Qué se puede aseverar académicamente respecto de la conciencia ambiental en el Perú? En términos generales, se podría sostener que no existe en el país una opinión pública conductualmente comprometida con las causas ambientales. Las movilizaciones acaecidas al calor del avance de las industrias extractivas no son movimientos con agendas ambientalistas; son más que nada respuestas en proceso de articulación ante lo que se consideran agresiones y amenazas a los recursos naturales y medios de vida de las poblaciones que se sienten afectadas. Que en esos conflictos se vayan adoptando algunos compromisos o que la idea del objeto ambiente se consolide como un valor, como algo positivo y deseable, incluso políticamente correcto, eso no confiere a dichos movimientos un carácter ambientalista que valide la hipótesis de que está en formación una vigorosa conciencia ambiental.
Sin embargo, se percibe que, en la última década, en el Perú se han difundido ideas, sucesos, normas, iniciativas empresariales y políticas gubernamentales alrededor del objeto ambiente. Los diversos actores han internalizado en sus discursos, y algunos en sus prácticas, las consideraciones ambientales. Ahora, si bien existe un mayor conocimiento y una aparente buena disposición hacia lo que significa un mayor cuidado de nuestros paisajes, recursos naturales y ecosistemas, eso no compromete a acciones decididas y convencidas. La clásica dicotomía entre las palabras y los hechos, tan conocida entre nosotros por causa de los profesionales de la política.
Uno de los pocos datos disponibles sobre la preocupación ciudadana en torno a los problemas ambientales proviene de algunas encuestas de opinión pública. Ipsos Perú incluye en sus preguntas sobre los principales problemas del Perú, desde al menos el 2006, el ítem “Destrucción/Contaminación del medio ambiente”. En los dos primeros años este problema no recibía ninguna mención de parte de los encuestados. Es recién desde el 2008 a la fecha que la ciudadanía le confiere cifras relevantes a esta situación dentro del ranking de problemas nacionales, lo que indicaría un avance interesante. El debate sobre la creación del Ministerio del Ambiente en 2008, las recurrentes informaciones sobre los riesgos del cambio climático para el Perú, las menciones ambientalistas aparecidas al calor de los conflictos minero-energéticos, podrían haber contribuido a que la gente ahora piense que los impactos humanos en el ambiente constituyen un problema para el país, aunque a distancia de otros “más importantes”, como la delincuencia, la corrupción, las deficiencias de la educación pública o las malas condiciones laborales.
Esta debilidad informativa compromete a la academia, a la universidad, a los investigadores de las ciencias sociales, a ir más allá de las impresiones y las imágenes comúnmente aceptadas, a generar conocimiento e información relevantes, que sustenten las decisiones de política. Pero también significaría que las ciencias sociales dejan de lado los viejos paradigmas que propendían a excluir el medio físico en la explicación de los hechos sociales. No sería la primera vez que estas disciplinas experimentan algún tipo de agitación teórica, metodológica, y ahora diríamos fáctica, que las lleva a ser más creativas, permeables y productivas.

Causas y consecuencias de la contaminación ambiental

CAUSAS:

El aumento continuo de la población y un incontrolado desarrollo industrial originan serios problemas para el medio ambiente en forma de contaminación. Las causas de la contaminación ambiental son variadas. La presencia en el ambiente de cualquier agente físico, químico o biológico cuya concentración ocasione alteraciones en la estructura y el funcionamiento de los ecosistemas se consideran como parte de este tipo de contaminación.

Empecemos por los tipos de contaminantes. Los contaminantes químicos provienen principalmente de la industria química: productos tóxicos minerales, ácidos, disolventes orgánicos, detergentes, plásticos, los derivados del petróleo, pesticidas (como el DDT), abonos sintéticos, etc. Entre los contaminantes físicos encontramos la radioactividad, el calor, el ruido, efectos mecánicos, etc., mientras que los contaminantes biológicos se refieren a desechos orgánicos que, al descomponerse, fermentan y causan el daño (excrementos, desechos de fábricas, papel, serrín de la industria forestal, desagües, etc.)

Con todo, para concretar las causas de la contaminación ambiental, tenemos que diferenciar entre tres tipos de contaminación entre las que encontramos sus causantes:

La contaminación del aire (o atmosférica):

es la producida por los humos de los vehículos e industrias, aerosoles, polvo, ruidos, malos olores, radiación atómica, etc. Entre los contaminantes gaseosos más comunes encontramos el dióxido de carbono, el monóxido de carbono, los hidrocarburos, los óxidos de nitrógeno, los óxidos de azufre y el ozono. Para la organización Ecologistas en Acción, las principales causas de la contaminación del aire están relacionadas con la quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas). La combustión de estas materias primas se produce en los procesos o en el funcionamiento de los sectores industrial y del transporte por carretera, principalmente. Según datos de los ecologistas, aproximadamente el 80% de la contaminación atmosférica en España está causada por el tráfico rodado.



La contaminación del agua (o hídrica):

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el agua está contaminada cuando su composición se haya alterado de modo que no reúna las condiciones necesarias para ser utilizada beneficiosamente en el consumo del hombre y de los animales. La contaminación del agua afecta a ríos, acuíferos y mares, que se convierten poco a poco en verdaderos basureros. Como denuncian organizaciones como Greenpeace, cientos de sustancias tóxicas son arrojadas al agua sin un control adecuado: al año se vierten al agua en España más de 4,6 millones de toneladas de contaminantes. Entre ellos, encontramos vertidos de aguas negras (urbanos e industriales), de petróleo, productos fitosanitarios (como plaguicidas), abonos, pesticidas, detergentes y otros productos nocivos para el medio ambiente. Por su parte, los ecologistas de WWF destacan que la agricultura constituye el contaminador difuso más importante de España. La contaminación por nitratos en las aguas subterráneas se debe a la infiltración de los fertilizantes agrícolas, de los cuales se usan en España aproximadamente 1.700 toneladas al año.


La contaminación del suelo:

Es la producida por el vertido de sustancias químicas y basuras. Cuando acumulamos basuras al aire libre en un mismo lugar durante mucho tiempo, parte de los residuos orgánicos fermentan y se filtran a través del suelo, sobre todo cuando éste es permeable. Al dejar pasar los líquidos, contamina con hongos, bacterias y otros microorganismos patógenos el suelo y las aguas (superficiales y subterráneas) que están en contacto con él, afectando a las cadenas alimenticias. Los plaguicidas utilizados en la agricultura son otro de los principales contaminantes del suelo. Uno de los insecticidas más usados es el DDT, que puede mantenerse por 10 años o más en los suelos sin descomponerse. Los fungicidas, por ejemplo, incluyen contaminantes como azufre y cobre. La actividad minera también contamina los suelos a través de las aguas de relave, que contienen elementos químicos como mercurio, cadmio, cobre, arsénico, plomo, etc.


CONSECUENCIAS:

Cambio climático:

El CO2 está presente en la atmósfera de forma natural, pero el gran aumento de emisiones y su concentración fruto de la quema de combustibles fósiles acentúa los efectos del efecto invernadero. La temperatura está subiendo y el cambio climático ya está aquí, con consecuencias dramáticas para las personas, aumentando la violencia de fenómenos meteorológicos como los huracanes o la sequía.

El suelo:

La contaminación de los suelos hace que la siembra sea imposible, lo que tiene un doble efecto. Por una parte, hay escasez de alimentos, y por la otra el clima se ve afectado debido a la ausencia de plantas. La deforestación es otro de los efectos de la contaminación de los suelos, ya que se gana terreno al bosque para reemplazar los terrenos perdidos. Los vertederos al aire libre o cementerios nucleares son buenos ejemplos de contaminación del suelo.

Flora y fauna:

Las plantas ven como la polución afecta su crecimiento, y muchas especies no han podido adaptarse a la escasez de lluvias, la contaminación del aire o el agua, etc., lo que ha supuesto su desaparición y la aceleración de la desertificación. En cuanto a los animales, muchas especies terrestres han visto alterado su hábitat por culpa de la contaminación ambiental, han perdido sus fuentes de alimentos, etc. En ocasiones son acciones hechas a propósito que han llevado a algunas especies al peligro de extinción.



Importancia del cuidado del ambiente

Es importante tener una conciencia ecológica, pero lo primero que debemos hacer para contar con ella es darnos cuenta de qué es la naturaleza en realidad. 

En el mundo hay mucha gente que desea hacer algo por la Tierra, por la naturaleza, los animales, etcétera, pero las campañas ecologistas no pueden ganar esta lucha solas, necesitan de la cooperación de todos nosotros. Por ello es importante destacar que para que esto se logre es necesario concientizar nuestros actos y tener una verdadera voluntad de cambiar en algo las injusticias que cometemos. Pero no estamos hablando de reprimendas como que no debemos tirar basura, que dejemos de maltratar a los animales o que cuidemos la capa de ozono, no, tenemos que partir de algo muy simple: dejar sentir un poquito nuestro corazón. Sólo es preciso sentarnos un momento a relajarnos para que nuestro cuerpo se libere de tensiones, entonces será la hora de tomar en cuenta todo lo que nos rodea, todo lo que Dios y la Tierra nos han dado. En ese instante lo único que tenemos que pensar es en la naturaleza, en su verdadera relevancia, en lo que ha sido desde el inicio de los tiempos. Lo más importante será que no la veamos como nos han enseñado en la escuela o como nos la han presentado como un simple objeto satisfactor, sino que debemos encontrar en nuestro ser su verdadero significado. Claman nuestro respetoara que podamos cambiar nuestros malos hábitos y podamos darle la importancia que tiene es necesario que nos demos cuenta que la naturaleza no es sólo un satisfactor más. Debemos sentir con el corazón que no se trata de un objeto, que cada elemento de la naturaleza (animales, plantas, mares, montañas, etcétera) es realmente valioso y que merece recibir amor, pero que sobre todo debe ser respetado. 


La naturaleza también necesita del respeto para desarrollarse en armonía y para evolucionar con felicidad, igual que nosotros. Por ello es preciso que detengamos nuestra crueldad y que nos sensibilicemos para que nuestra mente deje de ser indiferente ante la verdadera realidad, ante esa realidad que en estos momentos nos grita "¡Deténganse, por favor!". Debemos de ver que son seres que necesitan recibir y dar amor, que piden respeto, que necesitan desarrollarse libremente. Sienten como nosotros:Todos los seres de la Madre Naturaleza tienen la necesidad de comunicarse de corazón a corazón con nosotros para que podamos entender quiénes son en realidad. Buscan demostrar que son capaces de darnos amor a pesar del daño que les causamos día a día. A pesar de todo, lo que más desean es que les brindemos la oportunidad de enseñarnos que sienten al igual que nosotros. Ellos son parte importante para el desarrollo del universo, pero principalmente para el desarrollo de nuestro corazón. Un paso importante será dejar de lado las divisiones entre lo animal, lo vegetal o lo humano, dejemos atrás todo lo que nos han impuesto en ese sentido y que ahora nos hace actuar de forma equivocada y alejada del amor. Somos una sola creación en la que no existen estas divisiones que hemos creado y al darnos cuenta de esto seremos capaces de ver la verdadera esencia de nuestros hermanos, quienes a cada segundo nos regalan la enseñanza de vivir con y para el amor.